de las acusaciones que sus tres amigos le imputaban, sin embargo era culpable de juzgar a Dios de acuerdo con las normas humanas. La sabiduría de Dios es mucho más grande que la sabiduría humana, aunque para el hombre sea un misterio. Junto con Job, usted y yo, también debemos recordar estas palabras de San Pablo: “¡Profundidad de las riquezas de la sabiduría y del conocimiento de Dios! ¡Cuán inescrutables son sus juicios, e insondables sus caminos!” (Romanos 11:33). En el versículo 4, Job cita una
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